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Mucho se ha hablado de la forma tan diferente de educar en las recientes décadas.

De la mano de la educación está la crianza. La crianza es un proceso que prepara a los niños para llegar a ser independientes; es algo que se obtiene en el hogar. Lo que idealmente se hereda de padres a hijos.

La disciplina, el trabajo duro y la exigencia son asuntos que se han mencionados como fundamentos de una buena formación en el siglo XXI. El regreso a lo fundamental es lo que le sigue al desarrollo afectivo de los jóvenes.

El reconocimiento de que las buenas formas, modales, estructura, rigor y trabajo duro hacen que nuestros niños estén expuestos desde pequeños a la realidad de la vida, los prepara para un mundo competitivo, pero, además, los educa en la amabilidad y otros valores que tanto necesitamos.

Entonces, la formación de esos pequeños individuos es una combinación entre la educación y la crianza para que les permita desarrollar su potencial y, por lo tanto, cuenten con herramientas necesarias para conseguir sus objetivos.

El balance de la personalidad de los niños dependerá de esos valores o creencias que cada sociedad considera importantes.

Son ellos el futuro que está en potencia. Protegerlos sin caer en excesos es una tarea fundamental de quienes son responsables de ellos.

Un buen ejemplo les sirve de guía a seguir en su proceso de crecimiento porque un padre que hace lo necesario para conservar un núcleo familiar sólido y estructurado, enseñará a seguir y respetar la normatividad.

La ley es un gran aliado para no perderlos de vista. Gomez Law cuenta con especialistas en derecho familiar que pueden asesorar a cualquier persona que necesite aclarar dudas sobre temas relacionados.

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